El Teatro del Temple presentará «El Buscón» del 31 de julio al 9 de agosto en Madrid. en la III Fiesta Corral Cervantes en la Cuesta de Moyano, una fiesta del teatro clásico en el único Corral de Comedias en el corazón de Madrid. Y la única extensión oficial del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro.
https://corralcervantes.com/el-buscon/
LA OBRA
El Buscón es uno de esos textos que reúnen todas las condiciones previas para crear un espectáculo para todos los públicos: de Corte y Aldea, viejos y jóvenes, letrados más o menos. No es que pensemos que lo clásicos son divertidos. Es que, en muchas ocasiones, si no son divertidos, es que no son clásicos. El aburrimiento es la única enfermedad grave que aqueja al arte en general y al teatro en particular. De la mano de Quevedo, queremos seducir al espectador con una risa que provenga de una vivencia escénica singular y cercana.
En la realidad escénica, nos mueve la convicción de que es mucho más sencillo para el espectador contemporáneo la literatura clásica que leerla. El teatro nos da esa posibilidad. El Buscón es una de esos textos que reúnen todas las condiciones previas para crear un espectáculo para todos los públicos: de Corte y Aldea, viejos y jóvenes, letrados más o menos. No es que pensemos que lo clásicos son divertidos. Es que, en muchas ocasiones, si no son divertidos, es que no son clásicos. El aburrimiento es la única enfermedad grave que aqueja al arte en general y al teatro en particular. De la mano de Quevedo, queremos seducir al espectador con una risa que provenga de una vivencia escénica singular y cercana.
Nuestro proyecto de Buscón intenta encontrar a la persona que Quevedo oculta deliberadamente detrás de sus aventuras y desventuras. Pablos no existe en virtud a su propia individualidad, sino sólo en función de todo lo que le ocurre, embarcado en una carrera por superar una serie ininterrumpida de obstáculos que dificultan su propósito: ser otro. Otra cosa. O sea, el conflicto que con más recurrencia y efectividad se ha planteado en la historia del Teatro.
QUIPO ARTÍSTICO
DIRECCIÓN: RAMÓN BAREA
AYUDANTE DE DIRECCIÓN: IRENE BAU
ILUMINACIÓN: BUCHO CARIÑENA
ESCENOGRAFÍA: TOMÁS RUATA
VESTUARIO: BEATRIZ FDZ BARAHONA
PRODUCCIÓN EJECUTIVA:MARÍA LÓPEZ INSAUSTI
PRODUCCIÓN: TEMPLANZA PRODUCCIÓN ESCENICA S. L.
REPARTO
Actor: José Luis. Esteban
QUEVEDO Y EL BUSCÓN
En mitad de un sofocante verano de 1626, en la imprenta zaragozana del maestro Vergés, se edita por primera vez La vida del Buscón llamado don Pablos, de Francisco de Quevedo.
Como en otras ocasiones ocurre con don Francisco, esa primera edición se realiza sin su consentimiento. Es, en cierto sentido, una copia pirata. Es una ironía a la altura de la historia el hecho de que las aventuras de uno de los antihéroes más incorrectos de la historia de la literatura española tengan como carta de presentación un acto de piratería editorial.
El castellano del siglo XVII está en un estado de forma magnífico. Los escritores, encelados en un toma y daca continuo de controversias palaciegas, intrigas políticas y estrecheces económicas, afilan al máximo sus mejores dagas: las palabras y los conceptos. La despiadada competencia por encontrar un hueco en la poblada sombra del árbol de la Corte agudiza el ingenio. Y Quevedo se maneja como nadie en esas aguas turbulentas. Su prosa es tan deslumbrante como su poesía. Su capacidad para el chiste, inabarcable, y su facilidad para narrar con desenvoltura y precisión forense los avatares de sus personajes, por ridículos y atrabiliarios que puedan parecer, indiscutible.
Como su personaje don Pablos, el Buscón, un ser marginal, que intenta rebelarse contra su destino de desheredado de la fortuna. Hijo de padres de conducta discutible y final indiscutible por deshonroso, su viaje en busca de la honorabilidad y la honra, sus intentos inútiles por ascender en la escala social de la época, lo ponen en contacto con todos los estamentos: el clero, la milicia, el mundo del dinero, el de las comedias, los chulos, las meretrices, los alguacilillos,.. Cuanto más virtuoso intenta ser, más tortuosos son los senderos que tiene que recorrer.
Y de ese contraste entre realidad y deseo, tan antiguo como el propio ser humano, brota un sentido del humor incontenible, torrencial y peripatético. Y también, insospechadamente, el amor. Y el salto a América, a donde, probablemente, el bueno de Pablos nunca llegará, atrapado en las garras de un corsario inglés, perdido en las brumas del barlovento de las Azores o tal vez abandonado a su suerte en las islas Bermudas.