La desagradable noticia del fallecimiento repentino de Javier Brun, Técnico de Cultura del Ayuntamiento de Huesca, nos ha dejado un gran desasosiego. Como gentes del mundo de la Cultura, sentimos profundamente esta pérdida irremplazable.
Hoy comenzaremos a darnos cuenta de todo lo que la Cultura en Aragón le debe a Javier Brun. Javier era poseedor de una excelente formación, con un bagaje intelectual destacable y además de ser un gran comunicador de saberes, era un buen amigo de sus amigos. Inteligente, culto, sensible, y con su peculiar sentido del humor, fue -también para los profesionales que se iban incorporando a este complejo mundo de la gestión de la cultura- un referente, un repartidor de conocimientos.
La necesidad de formación en el ámbito de la gestión cultural fue su motivo constante, desde su ciudad de adopción, Huesca, generó una red de complicidades culturales; Desde ARES, sabemos bien que trató siempre de buscar elementos de colaboración entre lo público y lo privado.
Cuántos debates sobre la cultura como derecho y la cultura como recurso han quedado en el tintero. Cuántas conversaciones inacabadas sobre la definición de la cultura, cuantas reflexiones sobre el futuro de nuestra actividad tras la crisis actual que no podremos tener por su inesperado fallecimiento. Nos ha dejado un gran interlocutor.
Son muchos los que en estos días se hacen eco del vacío que deja Javier Brun en el sector cultural, y muchos más lo harán. Lo merece.
Descansa en paz, amigo. Te guardaremos en nuestra memoria.